Encuéntrame, belleza, necessito
que me abraces, me siento despoblado,
ven a mi sentimiento descuidado
que tu ausência es el único delito.
Tu eres la inalcanzable y yo el maldito,
idêntico latido desolado,
yo por tiempo en en el fruto encarcelado,
libre por sombra tú en el infinito.
Encuéntrame, belleza, qué outra cosa
pude anhelar mi corazón cercado
que vivir de tu ausência, aurora mia.
Y qué puedes, altiva e silenciosa,
desear em tu frio descampado
sino la forma, hacerte poesia.
Jesús Lizano